Este es uno de los problemas del mundo moderno: los niños que crecen sin una familia que los ame, buscan una a como dé lugar, sin importar quienes sean sus nuevos "hermanos" ni qué tengan que hacer para entrar en las pandillas. Eso fue lo que Hanns vivió y nos cuenta cómo conoció al Dios que nos ama y que lo sanó de todas sus heridas y pactos demoníacos que casi le costaron la vida. Aquí su impactante testimonio.