La que llegó a ser una de las modelos más cotizadas del país, que se paseaba por las pasarelas de Miami, Milán y Venecia desapareció, como si se la hubiera tragado la tierra.
En el 2009, Amada Rosa Pérez reapareció en un evento público en Medellín, con la misma timidez del principio, cuando quería ser modelo. Pero ya era otra: había sufrido una enfermedad que, poco a poco, le quitó el 40 por ciento de la audición en el oído izquierdo, se había convertido en una devota de la Virgen y una activista incansable de la comunidad religiosa Lazos de Amor Mariano. Incluso, se había cambiado de nombre: Amada Rosa de Jesús y María.
A veces el Señor nos sacude como el trigo para limpiar nuestra alma. Somos tan duros que generalmente es en el sufrimiento cuando nos acercamos a Él. Benditos los que aman al Señor teniendo un buen pasar!
Testimonio 1: